Un líquido caliente cayó por mi frente y se deslizó por mi nariz, goteando.
¿Aún estaba viva? No había sentido nada, pero sin duda lo que corría por mi frente era sangre.
Abrí los ojos despacio. Si en realidad estaba muerta. ¿Dónde estaría ahora? De haber apretado tanto los ojos lo veía todo borroso, y eso no me ayudaba a averiguar mi posición. Miré a mi alrededor, colores negros y naranjas, era lo único que podía distinguir. Seguía escuchando los mismo gritos de antes.
-¿Kushina.. estás.. bien? -la voz entrecortada de Takeshi sonó de repente en la oscuridad.
¿Estaba viva? Miré hacia arriba y ahí estaba el rostro de mi padre. La sangre que caía en mi frente era suya.
-¡Takeshi! -ahogó un grito Nanami.
Mi padre había detenido la katana con su espalda para protegernos.
-¡Papá! -grité empezando a llorar.
Dai se encontraba inmóvil frente a la escena que acababa de ver. Envió una mirada asesina a los chicos de las katanas.
-¡Malnacidos! -vociferó corriendo hacia ellos empuñando un kunai, iba a atacar.
-Dai.. -musitó Nanami agarrando mi mano y levantándome de mi sitio. Dai se detuvo enseguida. En ese momento, Takeshi se desplomó en el suelo en silencio. Mi madre, llena de lágrimas, me guió con su mano hasta Dai, éste me abrazó de forma desesperada- Iros de aquí, yo los entretendré.
-Pero mamá.. -me opuse suplicante mientras Dai tiraba de mi en la otra dirección- No.. ¡No! Dai, ¡suéltame!
-¡Kushina! -gritó mi hermano de forma desesperada- ¡Haz caso a mamá! ¡Vámonos!
-Dai.. Tan obediente como siempre -Nanami formó un sonrisa en su rostro mirándole. Luego, me dirigió otra mirada a mi- Cuida de tu hermana, Dai.
Dai asintió, resistiéndose para no empezar a llorar allí mismo.
-¡Oh! ¡Qué conmovedor momento! -intervino el chico moreno mientras su compañero arrancaba su katana de la espalda de Takeshi- Pero lamento comunicaros que de aquí, ninguno de vosotros saldrá con vida.
-¡Cállate! -chilló Nanami poniéndose en pie con dificultad- Dai, corre.
El chico moreno intercambió una mirada con su compañero y este fue desapareciendo en la tierra poco a poco.
Dai corría conmigo lo más rápido que sus temblorosas piernas le dejaron. Yo miraba hacia atrás mientras el me arrastraba lejos de mi madre, que ahora se encontraba formando sellos con sus manos.
-¡Cuidado! -chilló Nanami alertando a Dai.
De repente, el otro chico apareció ante nosotros.
-¡Agachaos! -vociferó impulsándose hacia atrás. Dai le hizo caso y nos tiramos al suelo de inmediato.
Nanami acabó rápido de formar los sellos e impactó contra él una gran bocanada de aire, enseguida, el chico se encontraba dentro de un gran remolino.
Había oído hablar sobre esa técnica. Era la técnica que utilizaban algunos afortunados en el Clan Uzumaki, y mi madre era una de esas afortunadas. Esa técnica, al impactar contra un cuerpo, miles de espinas microscópicas atacaban al enemigo por varios segundos, dañándolo a nivel celular. Así que, a ese chico, ya se le podía dar por muerto.
woooww!! otro cap super emocionante!! (x cierto, al fin he podido leer tu historia!! xD)
ResponderEliminarpobre padre de Kushina T.T aunk se veia venir xD
muy original tu idea de utilizar una propiedad del rasengan a favor de Nanami, la de dañar las células con espinas, me ha gustado muxo tu idea ^.^
pues tu historia es genial y aun te mereces mas reconocimiento xk para ser tu primera historia, el dialogo, la narracion, la descripcion y demas estan muy bien :P
espero k continues pronto (no hagas como yo k abandono historias xDD), sigue asi!! :D
Ja ne!!!
susi... eres increibel *--*' te mereces muchos aplausos (y besitos de mi) okya x'd <3
ResponderEliminarQ'wueno la historia susi:$ me encanta te dije q la iva a leer:D :*!
ResponderEliminar